El arte contemporáneo está dividido entre la reactividad ante la aparición de nuevos materiales y la apuesta por la investigación artística frente a los nuevos retos ideológicos, y es que la experimentación y la representación de las necesidades del mundo ha sido una de las funciones del arte a lo largo de su historia. La investigación es una actividad inherente al ser humano que ha derivado en múltiples formas de dar respuesta a un mismo problema. No es de extrañar que, al borde del abismo de la intangibilidad matérica, surja el activismo matérico, un nuevo ejercicio de investigación: la transformación del residuo invisibilizado en un potencial recurso en el imperativo intangible de la transmodernidad. Este proyecto analiza el hito humanista: más allá del evidente impacto geopolítico y la demonización contemporánea de la conquista, la absorción de América derivó en una inevitable paideia fracturada: la instauración de los conceptos de la vieja Europa y la abstracción de la tradición oral de los nativos derivó en una pérdida de saberes etnobotánicos, conocimientos que no forman parte del patrimonio cultural actual de dichos pueblos nativos ni de los descendientes de los colonos, a través de un material durmiente: la Catalpa Bignonioides. El propósito de esta investigación es evidenciar la conveniencia de la creación de un laboratorio outsider en el marco artístico, para redescubrir y restaurar estos vínculos fracturados entre los pueblos nativos y los territorios a través de un material con potencial plástico que no están en el horizonte de la ciencia ni a disposición de los artistas. La metodología será la de la experimentación artística, no con el objetivo de desacreditar el estricto rigor científico, que es la base del progreso y la innovación posmoderna, sino con el de establecer un primer contacto con una materialidad que necesita de atención y documentación.