“SANAR LAS HERIDAS”: EL AUTOCUIDADO Y LA CREACIÓN COLABORATIVA EN LA FORMACIÓN INICIAL PARA LA MEDIACIÓN ARTÍSTICA. Rosa Cubillo López y Noemí Peña Sánchez
En el marco de la asignatura Teoría y contextos de la educación artística, del Grado en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, abordamos una formación inicial para la mediación artística. Nuestra aproximación a esta deriva profesional plantea al alumnado el desarrollo de proyectos enfocados en personas y grupos vulnerables o con dificultad social que encontramos en la isla de Tenerife. Acompañado por las profesoras, diseña e implementa talleres de mediación artística que abren espacios de diálogo y convivencia, para establecer y reforzar vínculos entre las personas destinatarias así como favorecer procesos de empoderamiento por medio de la creación. Como etapa de aprendizaje previa al desarrollo de los proyectos, planteamos, entre otras formas de acercamiento a la profesión, un aprendizaje vivencial, tanto del rol de la persona que actúa como mediadora como también de las emociones y de los procesos de cambio que se ponen en marcha en aquellas a quienes se destina. Lo hacemos proponiendo a nuestro alumnado una serie de acciones que transitan desde la experimentación expresiva hacia propuestas íntimamente más comprometidas, que sirven de detonantes de creaciones que van de lo individual hacia lo colaborativo. Como educadoras, consideramos que la formación en la mediación artística comienza por observar y reconocer los afectos e interacciones que suceden en los espacios de creación. Partimos así de aprendizajes vividos y compartidos en el aula. Inspirada en artistas como Mónica Mura, con su taller Transformar. Crear. El retrato. Abriendo la puerta a nuestro lugar más íntimo, y Rossana Zaera, con su pieza Cloto (La hilandera), Sanar las heridas es un ejemplo que pone en evidencia la ayuda mutua y la creación colaborativa como uno de las interacciones clave que se produce como fruto de la generación de un clima de confianza, fomentando el tejido de lazos personales entre los y las estudiantes en formación que, en ocasiones, son desconocidas. Esta acción, que se desarrolla en varias sesiones, nos permite transformar las historias personales en experiencias colectivas a través de la creación de una memoria grupal compartida. Sanar las heridas se sitúa dentro de una secuencia de acciones de mediación artística que son paso previo al desarrollo de sus proyectos. Se constata su importancia para entender desde la propia vivencia, la complejidad de expresiones, relaciones y procesos que se generan a través del arte como herramienta de transformación social.