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Hay recuerdos infantiles que nos marcan como artistas. En nuestro imaginario, una niña recorre los pasillos de su casa con un espejo en las manos: no ve el suelo que pisa sino el techo que sobrevuela a cada paso. El espejo, espejito mágico, te devuelve lo que quieres ver, atrapa tu mirada y te muestra el alma. Ni Platón ni Plotino te ofrecerán su alma en el espejo, sólo tú en el acto de caminar con un espejo en tus manos podrá ver una nueva realidad, un nuevo paisaje que transforme lo cotidiano o que cambie tu viaje, sólo tú podrás dar forma al vuelo imaginado. Robert Smithson en Incidentes del viaje-espejo en el Yucatán, David Le Breton en El Elogio del caminar y Mathieu Kessler en El paisaje y su sombra nos unen en esta investigación. El diálogo con el espejo caminante, los reflejos del viajero incansable, se grabarán en una videocreación desde distintas partes del mundo con la intención de disolver fronteras y catalizar la mirada.

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