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A VILA DO MAÑÁ. Sandra González Álvarez
 

“En los últimos decenios, y de una manera totalmente evidente en los últimos cincuenta años, la ciudad, nacida como lugar de encuentro y de intercambio, ha descubierto el valor comercial del espacio y ha alterado todos los conceptos de equilibrio, bienestar y comunidad para seguir solamente programas de provecho, de interés. Se ha vendido, se ha prostituido. [...] La ciudad es ahora como el bosque de nuestros cuentos.” (TONUCCI, F. 1997) ¿Cómo la ciudad podría ser de nuevo ese lugar de encuentro?... ¿cómo volver a sentirnos seguros entre las casas, en la ciudad, en el vecindario?… ¿cómo volver a hacer que la ciudad sea nuestro sitio, nuestro lugar?... ¿cómo podemos hacer que nuestra ciudad sea de todas y todos?... estas son las cuestiones que nos llevan a crear el Proyecto: “A Vila do Mañá”. “A Vila do Mañá” es un proyecto educativo y de divulgación, cuyo objetivo es, que desde la infancia/adolescencia, a través del juego y trabajando la participación protagónica, se tome conciencia de todas las escalas de lo común: el patrimonio tangible e intangible, la arquitectura, el urbanismo y el paisaje. A la vez que desde la disciplina arquitectónica se obtenga una nueva visión de la ciudad, que es aquella que nos aportan los que serán los habitantes del mañana. Cuando nace “A Vila do Mañá” en el año 2017, difícilmente se podría imaginar un mañana tan desconcertante como el que nos está tocando vivir en la actualidad. Esta inquietud se traduce también en nuestros espacios, en los lugares que habitamos, en los que trabajamos, en los que nos relacionamos… La arquitectura tiene una responsabilidad irrenunciable frente a una sociedad que se está redefiniendo. A la evidencia de la necesidad de repensar nuestros hogares y nuestras maneras de trabajo se une la reivindicación de un espacio público de calidad que no impidan la socialización y el disfrute de los espacios compartidos. “A Vila do Mañá” saca a las niñas y niños a la calle para explorar y construir estos espacios a través del juego, convertidos en homo ludens que, con una serie limitada de elementos, van a organizar libremente su entorno, su particular Nueva Babilonia, la utopía de Constant Nieuwenhuys en la que la sociedad nómada adapta constantemente su propio entorno. Su experiencia no se queda en una semana de fiesta en la ciudad, si no que les permite reconquistar el espacio como propio y generar sinergias que salpiquen al resto de la sociedad. En esta ocasión, más que nunca, es necesario observar la mirada desprejuiciada de los que están acostumbrados a explorar por primera vez y que, frente a las reservas del mundo adulto, se dejan arrastrar por la curiosidad. Históricamente, después de las grandes crisis, la arquitectura siempre supo dar respuestas creativas para la nueva sociedad. En este sentido debemos de trabajar hoy desde la arquitectura y el urbanismo, en esto está “A Vila do Mañá” buscando otro modelo de ciudad donde la infancia/adolescencia sea parte de la ciudadanía activa y tenga una participación protagónica.

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