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#sonrisadeldía cada día I Noelia Antúnez del Cerro

En este fotoensayo recoge las fotografías que, diariamente y desde que comenzó el confinamiento por motivo de la crisis derivada del COVID – 19, realizo a un ginkgo biloba que tengo en el despacho de casa y publico en Instagram. Cuidar de un árbol que te regaló un amigo (después de dedicarle también mucho tiempo y amor), ver como ese árbol que en algún momento pensaste muerto, resiste y renace, … esto fue el antes. Cambiarlo de sitio y traerlo al despacho para poder prestarle más atención, para permitirme ver como, a pesar de todo, la vida sigue y crece, para tener un momento de paz y presencia al día y compartirlo con mi gente, para introducir códigos que hagan llegar los abrazos que el confinamiento no permite a quienes más lo necesitan, … eso es el ahora. Pensar en si este árbol será bonsái o brazos para columpios, si será sólo mío o servirá para que generaciones recuerden lo que está pasando, … eso será el mañana. De esta forma, este ginkgo y el fotografiarlo diariamente me conecta con el mundo exterior y con mi mundo interior, es la excusa para pensar en aquello que la vida que teníamos no nos permitía, siendo la constante que me permite no perderme en este eterno día de la marmota. En el texto que acompañará al fotoensayo, se trasladarán pensamientos sobre los cuidados y los afectos, la percepción y el uso de tiempo, la necesidad de llevar un ritmo pausado, de fijarse en las cosas que pasan delante de nosotras sin darnos cuenta o de pensar a largo plazo

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