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Lo abyecto cute: Notas sobre una dulcificación política de lo aberrante en la práctica artística contemporánea.  I Alicia de la Fuente de los Ángeles

Con notables precedentes (Duchamp, Manzoni o Warhol), lo abyecto se volvió un rasgo central en la producción plástica en los 90. Es en este momento cuando la orientación hacia lo abominable, ese sentimiento que empuja a la arcada, se impone como modo de significación, como lenguaje plástico. Esta “pulsión” comunicativa se ha mantenido y desarrollado a través de géneros como el Low Brow, o la producción de artistas como Franz West, Mike Kelly, Paul Mccarthy o el colectivo Gelatin. Pero es en el momento presente, en determinadas derivas de la plástica contemporánea realizada por una generación de (prácticamente) nativos digitales, donde vamos a poner el foco. A través de la presente comunicación pretendo examinar y dar a conocer la forma en la que la categoría de lo abyecto ha llegado fusionarse en ocasiones por completo con sus extremos -no menos perversos- en el baremo estético, hasta convertirse en lo que denominaremos como lo “cuqui abyecto”. Parto de mi propia producción plástica, con el proyecto “Puppy Pureé”, que pongo en diálogo con obra de creadores como Marián garrido, Jesse Kanda, Heather philipson, Darío Alba, Marina Gonzalez Guerreiro o Hannah Levy (entre otros muchos), para observar la migración de este lenguaje de los fluidos a una posición fundamental y protagonista en la visualidad contemporánea. Comprendiendo cómo esta vuelta a una fascinación por lo abyecto -más como lenguaje implícito que como objeto de estudio- opera ahora como elemento político estetizado. La cultura de la visualidad masiva, animales lindos, tutoriales de maquillaje, el revivir de estéticas del underground de los 90 y 2000, el ASMR, el slime como fenómeno viral DIY se mezclan en forma de memes con la situación política y la realidad más cruda, disfrazada de otra cosa. Orejas peludas, colores vistosos, baba chorreante y brillo, mucho brillo como posicionamiento político de la generación posiblemente más nostálgica y autoreferencial hasta la fecha.

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