El tema de esta —comunicación— se sitúa en el ámbito de la enseñanza artística contemporánea en un lugar que, en el siglo pasado, aún se los llamaba salvaje a los indígenas amazónicos. Ahora naturalistas. El contingente de población nativa de la Amazonía ha conservado sus territorios, de tal manera, constituyéndose en un escenario medioambiental único. No solo por el legado, va más allá. De estos territorios han salido nuevos conceptos, una nueva manera de hacer arte y un nuevo paradigma para el sistema educativo. Estoy hablando como maestro y como artista; en este contexto la plástica se está ocupando del espacio natural. Y la enseñanza ha tenido un apoyo por parte de la Naturaleza quedando la docencia liberada de las normas académicas de vanguardia, transformándose en una experimentación ecológica donde se plantean los problemas ambientales, haciendo visible la realidad de la Naturaleza desatada por el desarrollo insostenible, por no proponer innovación en el modelo de actuación. El surgimiento de esta iniciativa de trabajar en las aulas escolares con las texturas naturales como las he llamado. Se vinculó directamente con la Pachamama por el —desarrollo de mi tesis doctoral— en esta geografía salvaje. “EL ARTE ECOLÓGICO CONTEMPORÁNEO EN ECUADOR. UNA PROPUESTA ARTÍSTICA SOBRE LAS TEXTURAS DE LA AMAZONÍA Y LA PACHAMAMA”. Tomando en cuenta que en la selva amazónica no se puede recurrir al material artístico industrializado (tiendas de arte), había que mirar a lo que más tenemos en nuestro alrededor. Naturaleza. Cuando la educación artística se encuentra con la Amazonía (con la Naturaleza) y el arte, se despliegan nuevas vías que brinda a niñas, niños y jóvenes los recursos para desarrollar su potencial creativo enriqueciéndose aún más. Provocando una transición educativa artística tan importante para la sostenibilidad medioambiental y mejorar el mundo individual. Una educación artística transmitida, compartida; es una respuesta a la necesidad humana permitiendo seguir innovando con estrategias contemporáneas. El arte ecológico tiene cierto grado de función social, desde esta óptica, como investigador docente, estamos promoviendo una educación afín a la Pachamama. La cuestión ética y moral tan importante para la sostenibilidad medioambiental, la ponemos en práctica como esencial impulsarla a temprana edad. Sentarnos para analizar una hoja, un lugar específico e interpretarla mediante la mirada, enseñar a apreciar una hoja, una piedra: revertir el concepto desde la perspectiva de indagación, más no de comercialización, puede ser expuesta como un nuevo modelo de enseñanza a través del arte. La idea de mejorar aquellos valores es, haciendo real como participativa la labor del arte en el campo ecológico; la inclusión de los más pequeños como el otro potencial colaborador en los proyectos ambientales. Una estrategia educativa de gran envergadura está en los territorios del Amazonas, en revitalizar a las comunidades étnicas que sigan manteniendo sus principios ancestrales con independencia absoluta, que no se sientan desposeído e inhabilitado del rol participativo y activo que cumplen. Para seguir llamando educación ecológica será cuando desvinculemos totalmente la indiferencia hacia la Naturaleza. Todo este acercamiento a lo natural, a la humildad, es una riqueza espiritual que se aprende en esta esfera. Aunque parece que ya no hay nada sagrado, aún nos queda. Por tanto, la educación artística ecológica se establece como la estructura sensata, mediadora y conciliadora con la Pachamama, es el mejor pretexto de transformar la Naturaleza en arte, mediante una educación comunitaria capaz de llegar a grandes entendimientos, con los mejores valores y así acoplarnos de una manera sincera con la tierra.