Las tecnologías digitales han supuesto un cambio constante que no tiene precedentes, esto ha afectado las dimensiones sociales y culturales, entre estas: la difusión de la información, los servicios, el ocio, las artes, la educación, etc. transformando también las condiciones en las que se mueven y construyen nuestras subjetividades, dibujando a la vez, el paisaje contemporáneo de lo glocal. En educación, los elementos empleados en las experiencias de aprendizaje son diversos y variados y, las tecnologías digitales, ya son parte de su repertorio. Si bien han sido ampliamente descritas como herramientas al servicio de lo pedagógico, es pertinente ir más allá del carácter instrumental que suponen el almacenamiento, el procesamiento y la transferencia de información para poder repensar la materialización digital del conocimiento y sus resonancias en el ámbito educativo. No se puede desconocer como los procesos de digitalización han ido transformado el panorama socioeducativo del [auto]aprendizaje removiendo nuestros procesos socializatorios y el modo en que nos relacionamos con el conocimiento. Un conocimiento que es accesible, tanto en contenidos, como en estrategias resolutivas para ir explorando e indagando en distintas áreas del saber. Nos encontramos frente a una representación del conocimiento que, extendidos en dispositivos de documentación digital como repositorios y archivos, han conllevado a una recuperación significativa de contenidos a partir de búsquedas directas, que van desde el uso de motores de búsqueda al empleo de palabras clave. Esto ha posibilitado una construcción de conocimientos abiertos que, representados, recuperados y [de]construidos, rearticulan y reconfiguran otras estructuras de conocimiento. De lo anterior, los procesos de digitalización de imágenes, objetos y experiencias, ha instaurado maneras otras de concebir y mediar con lo visual para tensionar las articulaciones e interrelaciones entre imagen y materialidad, entre objetos, conocimientos, discursos y prácticas. En lo que respecta a este póster, nos centraremos en las imágenes digitalizadas para reflexionar sobre los alcances y tensiones que supone la representación, recuperación y [de]construcción de imágenes digitales en la producción de conocimientos adscritos a la creación de relatos y repertorios visuales. Expondremos dos casos de investigación/educación artística que han propiciado espacios de relación para dar cabida a interrogantes en torno a identidad cultural. En el primer caso se analizan las relaciones que emergen entre imágenes digitales y jóvenes de secundaria, atendiendo a sus narrativas y posicionamientos en acción con/desde las imágenes de los movimientos sociales chilenos del S.XX. El segundo caso recoge la experiencia de estudiantes de pedagogía en artes visuales y las derivas que supone el ejercicio de [de]construir imágenes digitales de obras pictóricas para interrogar cuestiones sobre identidad de género. En ambas experiencias la creación de nuevos repertorios de imágenes supone un levantamiento de nuevos relatos, no exentos de complejidad, aportando a la construcción de conocimientos situados y a la difusión de saberes en la era digital.