El acercamiento surgió de la necesidad de dar a conocer lo local a niños nacidos en la ciudad de Jaén pero con raíces en lugares que iban desde el Perú a Marruecos pasando por China... ¿Qué relación podrían tener aquellos niños con orígenes tan distintos, qué podían decir que formaba parte de su cultura? El Museo de Artes y Costumbres Populares de Jaén se convirtió sin duda en catalizador de la experiencia que comenzó previamente en el colegio y que continuó después en el patio del mismo. El juego había sido la referencia a utilizar y partiendo de ella todas aquellas diferencias se difuminaron en el momento en que vieron en aquellas vitrinas los mismos juegos con distintos nombres de aquí y allá: a partir de la Sala de la Infancia comienza la aproximación a una identidad y reconocimiento globales, configurándose el museo etnográfico como espacio artístico integrador de culturas y generaciones.