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"Así no se hace": prácticas erráticas en la fotografía analodigital I Jugatx Astorkia, Miriam Inza

De toda una gran colección de negativos fotográficos, los que realmente nos interesan son aquellos que no tienen imágenes; imágenes reconocibles. A cada extremo del carrete hay unos centímetros sobreexpuestos iniciales que se velan al colocar el negativo y unos centímetros del final, que nunca salen del cartucho. Son esos fotogramas, siempre descartados como “la sobra”, los que coleccionamos. Aquí encontramos algo que análogamente llamamos horizonte de sucesos: una frontera imaginaria alrededor de un agujero negro que, si estás fuera, no ves el interior, pero si llegas a atravesarla no podrás salir jamás, aunque veas lo que ocurre al otro lado. Una frontera como la del carrete, que separa la imagen de su contrario, la luz de la oscuridad. Y, como en los agujeros negros, ese espacio vacío se hace visible solo por la luz que tiene alrededor, por todos los fotones que absorbe sin parar, porque si no los tuviera entonces nada podría indicarnos que ahí hay una masa negra tragándoselo todo. Si no fuera por la luz que rodea al horizonte de sucesos, tampoco sabríamos donde empieza y acaba un carrete. Mediante la práctica artística experimental buscamos confundir el software de la cámara de fotos del smartphone para generar imágenes panorámicas que se acercan al término que acuñaremos como “analodigital”, refiriéndonos a ese momento en el que los procesos fotográficos analógicos y digitales se mezclan e hibridan. Las imágenes que nos devuelve el dispositivo son errores, aberraciones. Nos sitúa así cerca de estéticas del error como el glitch, que busca las fallas del sistema para hacerlas evidentes, si bien la imagen del error no nos interesa tanto como la práctica errática (en todos sus sentidos). ¿Y qué nos revela todo esto? Que es lo más cerca que hemos estado de sacar fotos analógicas con una cámara digital, o que esta cuestión no es exclusivamente analógica. Que la luz funciona igual para todas las cámaras, aunque no todas la plasmen de igual manera. Que hemos engañado a la máquina, o que la máquina nos engaña constantemente a nosotras. Que siempre hay algo que no vemos, como los agujeros negros, pero buscamos lo que hay alrededor para intuir que están ahí. Mirando la luz que circunscribe la oscuridad más oscura es como se encuentran los agujeros negros; mirando a la oscuridad más oscura, ¿se encontrará la luz? Por eso guardamos las partes negras de los negativos en hojas bien protegidas. Son las pistas para la luz.

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