De la formación en bellas artes al currículo educativo infantil: vínculos e intersecciones para el desarrollo integral de la infancia a través del arte.
David Mascarell Palau
Comunicación
La etapa de educación infantil se caracteriza por un currículo globalizador y transversal, que promueve un aprendizaje holístico a través de todas las áreas del conocimiento. Este enfoque se sustenta en un modelo pedagógico basado en proyectos, organizando los aprendizajes del saber en tres áreas fundamentales: Crecimiento en armonía, Descubrimiento y exploración del entorno, y Comunicación y representación de la realidad.
De manera análoga, aunque con sus particularidades, la formación en bellas artes adopta un enfoque similar. El estudiantado de esta disciplina aborda sus proyectos artísticos mediante el contacto interdisciplinar, apoyándose en el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
Esta comunicación tiene como objetivo principal visibilizar el encuentro entre el aprendizaje y la reflexión a través del arte, destacando su relevancia tanto para los docentes en activo en la etapa infantil como para los estudiantes de magisterio, futuros maestros/as. Asimismo, se busca resaltar el valor del arte en el reconocimiento de su contribución a la cultura y la sociedad, fomentando su implementación en las aulas de educación infantil.
El planteamiento subraya conscientemente los beneficios y aportaciones del arte en la formación integral del ser humano, superando la tradicional asociación exclusiva con técnicas artísticas o representaciones gráficas y volumétricas. Se enfatiza, en cambio, su capacidad para incidir en aspectos más amplios y profundos del desarrollo personal y social, evidenciando como el arte está presente en cualquier saber, consolidando su rol como instrumento pedagógico educativo, esencial, y de gran alcance.